Mensaje


Luis Villatoro: Mano con pez

Paciencia, paciencia. Sólo necesito ser paciente antes de que tome la decisión de marcharme. El trato fue que nos encontraríamos en este lugar. Tengo mucho tiempo sentado alrededor de esta pecera transparente pasada de moda. Hubiese preferido el estanque al otro lado del acuario con sus cristales gruesos  y las algas delgaditas que adornan bien el fondo con toques surrealistas, pero por la privacidad del asunto optamos por encontrarnos aquí.

Los peces de mi ojo marcan las diez de la noche. Yo creo que mejor me voy de aquí. No creo que los cachalotes lleguen. El agua está muy fría como para permanecer más tiempo cerca del abismo. Del otro lado me espera un ambiente luminoso sin frío y sin preocupaciones pero antes debo dar el mensaje a los cachalotes.

No, no hay rastros de ellos y el lugar está a punto de cerrar.

--Calamar, el alga por favor.
--Aquí tiene señor.
--No puede ser, cuarenta y tres escamas por una mano humana. Por Dios, las cosas cada vez están más caras. Esta vez no habrá propina.

¿Qué le digo al pulpo? El mensaje parecía ser muy importante. No es mi culpa, yo estuve todo el tiempo esperando a esos pesados.

***

--¿Has visto las noticias?
--No señor.
--Lo sospechaba
--¿Qué ha pasado?
--La regaste. Prepárate para ir a la coctelería.

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