Mary y Max
Mary y Max
¿Cuando fue la última vez que lloraste? ¿Recuerdas por qué lo
hiciste? ¿Qué emociones demuestras y cuáles te son imposibles de
demostrar? ¿Te has visto solo en un cuarto y con un televisor donde
ves tu programa favorito? ¿Qué hay de tu vida? ¿Necesitas ayuda?
Mary y Max es un largometraje poco convencional. Figuritas
manejadas con la técnica del stop motion relatan la historia de una
niña australiana y un viejo neoyorquino que sostienen una amistad
por correspondencia. La historia inicia describiendo quiénes son
cada uno de ellos. Ella, hija de una madre alcohólica y un padre que
trabaja en una fábrica, tiene una vida monocromática, rutinaria,
sin sentido para una pequeña australiana de su ciudad; sufre de
acoso en la escuela, se siente fea, tiene un lunar en la frente; su
programa favorito es una caricatura, le gusta comer leche condensada
mientras lo ve y de mascota tiene un gallo (Ethel). Ha hecho
una colección de las figuras con los personajes de su programa, pero
están hechas de sobras de comida y huesos de pollo.
Él es un viejo obeso y solitario que vive en New York, asiste a
un grupo para comelones compulsivos donde busca dejar de comer por
medio de la ayuda de sus compañeros. Tiene dos televisores: uno
pequeño, que proyecta imagen pero no emite sonido y también tiene
un televisor grande que emite sonido pero no proyecta imagen. Mira el
mismo programa que Mary ve en Australia. A diferencia de ella, él
come hot-dogs de chocolate, una receta que él mismo creó. Tiene de
mascota un pez, que cambia continuamente porque muere por
circunstancias diversas, además de la misma colección que tiene
Mary pero con figuritas de verdad.
Comienzan una amistad un día que Mary, se comienza a hacer
algunas preguntas sobre cómo son las personas estadounidenses,
decide leer el directorio de la oficina de correos y encuentra el
nombre de Mr. M. Horowitz. La primera carta llega a Nueva York, el
señor Horowitz la lee, le causa un ataque de ansiedad y
posteriormente, redacta la respuesta que Mary recibe algunos
días después. El intercambio epistolar comienza a darse con
frecuencia, pero un día, el señor Horowitz sufre de un desorden
mental que lo lleva a una institución psiquiátrica donde lo
internan por más de un año. Mary deja de recibir cartas y se
decepciona de su amigo por correspondencia. El señor Horowitz no
tiene intenciones de volver a escribirle a la pequeña porque sus
cartas han sido el motivo que desataron un ataque severo de ansiedad
y lo pusieron en el hospital psiquiátrico, pero finalmente lo hace y
le da detalles de su enfermedad, de cómo se define él como persona
solitaria a la que se le hace terrible el mundo en el que vive, y las
dificultades que tiene para expresar quién es, qué significan los
gestos y de cómo se ayuda de un pequeño álbum en el que se
muestras las diferentes emociones. Mary lee sus cartas; en uno de sus
envíos postales le envía un frasco con muchas lágrimas para que el
señor Horowitz, tenga lágrimas, porque él dice que las lágrimas
que le escurren cuando pica cebolla no cuentan.
La niña crece. Sus padres mueren: primero su padre y un año
después su madre. Ella se casa y tiene la intención de formar una
familia. El viejo se hace más viejo y gordo. La joven va a la
universidad y decide estudiar sobre enfermedades mentales, motivada
por la enfermedad de su amigo Max. Está muy emocionada y las
investigaciones que lleva a cabo son grandiosas, se gradúa siendo
una de las mejores de su clase. Redacta un libro y está próximo a
publicarse. La emoción la invade y decide hacérselo saber a Max que
fue quien motivo tal hecho. Le envía la primera copia de su
publicación; cuando Max la recibe, se encoleriza, y desata su furia
contra ella en una carta. Cuando ella la recibe con la ira de Max, se
deprime, pierde a su esposo, y los días que vive comienzan a ser
fatales al grado de tratar de suicidarse. Días antes, Max recapacita
y decide perdonarla. Para hacer esto le envía la colección completa
de figuritas de su programa favorito. El día en que ella está a
punto de morir, un vecino que sufre de agorafobia, le salva la vida
al entregarle el paquete de Max. Las cosas parecen cambiar.
Un año después, ella llega a Nueva York con un bebé a cuestas,
producto de su previa relación; desciende de un taxi, sube por unas
escaleras, ve el número 96, llama a la puerta. Nadie sale así que
ella misma la abre y descubre que Max había muerto esa misma mañana.
Se sienta a su lado y toma su mano, sobre una mesa hay un frasco con
una etiqueta que dice lágrimas (las de ella); adherido al espejo
está un retrato de ella que le envió cuando niña; y al fondo, en
la pared, hay una colección de todas las cartas que ella le había
enviado desde que era una niña. Ve el entramado de éstas y comienza
a llorar. Unas frases se escuchan "eres mi mejor amiga",
"eres mi única amiga". Al final del filme, sobre un fondo
negro aparece una frase que cierra diciendo "Dios nos dio
familiares, gracias a Dios que podemos elegir a nuestros amigos".
Quien vea a Mary y Max y no llore, seguramente sufre uno de los cinco
síntomas que describe Max del síndrome de Asperger, enfermedad que
sufría este personaje.
Rlando, eres mi heroe! muchas gracias por estos posts tan emocionalmente intimos, que hasta yo mismo parezco haber escrito para mí mismo. Pero no, son tuyos. Asi que gracias!!
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